El trauma causado por abuso y agresión sexual se almacena en el cuerpo y se manifiesta como estrés físico, mental y emocional durante toda la vida. Muchos sobrevivientes no se dan cuenta de que son sobrevivientes hasta que se van a la universidad, dan a luz a un bebé o la casa finalmente está en silencio después de que los adolescentes se van a la universidad. Pueden experimentar trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad severa, problemas recurrentes de salud ginecológica, gastrointestinal, cardiovascular y sexual durante décadas después de que ocurrió el evento traumático, sin olvidar los desafíos financieros recurrentes debido al costo de la atención médica.
La recuperación es el proceso de liberar este trauma. En recuperación, una sobreviviente vuelve a aprender a sentirse como en casa en su cuerpo, a reconectarse con sus emociones y a recuperar la calma. Trabajar con profesionales y compañeros le permite al sobreviviente abordar su experiencia del mundo y planificar a largo plazo. La naturaleza da espacio para procesar el trauma. A través de la actividad física al aire libre, puede concentrarse en su cuerpo y trabajar con los impactos del trauma. El desafío del ciclismo de montaña, junto con el apoyo de la comunidad, empodera al sobreviviente en el camino hacia la sanación.